El ser humano tiene alas, pero nadie quiere reconocerlo. Desde pequeños sentimos frío. Y no me refiero a este frío que te hace tiritar en las noches de invierno y te obliga a vestir abrigos, sino al miedo a perderlo todo, a no ser nada. Ser inferior al resto es una idea aterradora para nosotros, y como la mayoría siempre encontraremos a alguien mejor que nosotros en cualquier cosa que nos propongamos hacer, buscamos otras salidas para sentirnos bien con nosotros mismos, para dejar de tener frío, para encontrar cobijo. Me refiero a "soluciones" de todo tipo: comprarnos un coche, pegar a nuestros hijos, casarnos con alguien que no amamos, estudiar una carrera que no nos guste.. y así seguiría enumerando casi todas las acciones mínimamente relevantes de nuestras vidas.
Es verano, existe la música y conocemos frases como "para gustos colores" o "nadie es mejor que nadie".
Mi propósito vacacional es quitarme de las alas todos aquellos prejuicios que algún día se hicieron parte de mí, darme una tregua, no perder jamás la esperanza, seguir sin creer en Dios y empezar a creer en mí; exprimir cada segundo del reloj para sonreir o al menos no llorar.
Es tiempo de echar a volar. Aunque no haya frío, necesito y tengo (por suerte) cobijo humano.
Lo difícil del cobijo es encontrarlo. Todos lo tenemos, como las alas y como el tiempo para cambiar, para tirar hacia adelante siempre.
ResponderEliminarEs difícil no caer en la mediocridad, superar las barreras de carrera, casa, coche, rutina,etc, y volar. Pero siempre se puede, siempre queda una pequeña parte de fuerza en lo más profundo de nosotros.
Todo el mundo es valiente, en el fondo.
Pd. Qué bueno que volviste. Aunque yo no aparezca mucho últimamente.